De este modo, el listado indica cuáles de los 180 países estudiados tienen niveles más graves de coerción a la prensa -los de índice más alto- y cuáles están en un gado menor de este tipo de afectación -los de valores más bajos en el índice-. Así, Finalnadia, Países Bajos y Noruega (Europa) ocupan los primeros lugares, con 8,6; 8,7 y 8,8, respectivamente; mientras las situaciones más preocupantes están en Eritrea (África), Corea del Norte y Turkmenistan (Asia), que tienen puntuaciones superiores a 83.
“Infortunadamente, es evidente que muchos de los líderes mundiales están desarrollando una especia de paranoia frente al periodismo legítimo”, indicó el secretario general de RSF, Christophe Deloire.
Estos peligros para la democracia vienen de años atrás, sin ceder un verdadero terreno a la prensa libre, sino mostrando su capacidad de mutación. Por eso, en 1984, Guillermo Cano advertía en El Espectador: “sólo la independencia, el carácter, la objetividad y el buen criterio del periodista y de los medios pueden vencer estas tormentas terribles en el nuevo mundo, amenazado por todas partes, de la libertad de información”.
El informe de RSF incluye un mapa que permite ver cuáles países están en una situación buena o satisfactoria, cuáles presentan problemas notorios y cuáles son casos difíciles o muy serios.
Colombia bajó seis lugares en el ranking, pues quedó en el lugar 134 y antes estaba en el 128. Está catalogado como país con una situación difícil de libertad de prensa y obtuvo una puntuación de 44,11. El reporte destaca que es el segundo país más peligroso para el periodismo en el hemisferio occidental, después de México.