Por Guillermo Cano Isaza
Libreta de Apuntes, 15 de julio de 1979
Como el señor ministro de Justicia, Hugo Escobar Sierra, cuyo talante es bien conocido de todos los colombianos, nos ha hecho el honor de calificarnos una y otra vez como un “periódico de oposición” -el ministro tiene la lengua suelta- vamos a formular algunas observaciones sobre lo que hay detrás de esta sindicación, que no tiene obviamente la gravedad del prejuzgamiento del ministro en el caso de los jesuitas detenidos, que, por lo demás, ha dejado de ser un cargo a los periódicos en los tiempos que vivimos, y que a nosotros nos tiene sin cuidado, pero que en todo caso muestra públicamente cómo este gobierno y otros gobiernos quieren tener una prensa totalmente áulica, gobiernista a ultranza, no silenciada pero sí aduladora.
Si es oposición encontrar en el Estatuto de Seguridad, obra maestra del Gobierno, según él y el coro que lo acompaña, defectos y peligros graves para la democracia y la libertad, y criticar sus vacíos y censurar sus excesos, si eso es oposición, pues somos un diario de oposición…
Si es oposición denunciar los atropellos cometidos contra gente inocente, a la sobre del Estatuto de Seguridad; objetar los allanamientos violentos y los vejámenes a ciudadanos involucrados temeraria y abusivamente en delitos contra el orden público y la estabilidad democrática del país, si esos es oposición, pues somos un diario de oposición…
Si es oposición calificar de injustificable e imperdonable el allanamiento violento, bajo la amenaza y con términos insultantes y soeces, de los juzgados público de Colombia, si eso es oposición, somos un diario de oposición.
Si es oposición publicar y luego comentar y más tarde comprobar con hechos irrefutables que el señor Ministro de Justicia, nadie más ni nadie menos, declaró públicamente culpables. Antes del juicio y según él por “pruebas suficientes”, que sólo conocen los jueces y que el ministro no tenía por qué conocer porque pertenecen a la reserva sumarial en un proceso que ni siquiera es civil sino militar, a dos sacerdotes jesuitas, por presunta vinculación con el atroz asesinato del ex ministro Rafael Pardo Buelvas, si eso es oposición, somos un diario de oposición…
Si es oposición disentir de la tesis gubernamental y militar, acolitada por sus voceros oficiales u oficiosos, de que la tortura se justificaría por cuanto los presuntos torturados han cometido o han incurrido también en la tortura -la ley del talión-, si esos es oposición, somos un diario de oposición…
Si es oposición pedir a las autoridades que se respeten y se hagan respetar los derechos humanos en el trato a los detenidos y que no se abuse del artículo 28 de la Constitución, si eso es oposición, somos un diario de oposición…
Si es oposición lamentar que el presidente Turbay se haya comprometido en una gira tan prolongada por el exterior cuyos resultados no corresponden ni al tiempo gastado ni al dinero invertido, y denunciar la manera como se comprometió el esfuerzo y el tesoro público en una manifestación típicamente portátil, a imagen y semejanza de las que tuvimos que criticar y censurar bajo el régimen dictatorial de Rojas Pinilla, si eso es oposición, somos un diario de oposición…
Si es oposición informar que el Gobierno nombró como representante de Colombia en una delegación oficial al extranjero a un ciudadano a quien se le investiga por la adulteración de microfilmes de cuentas bancarias, en un oscuro proceso, o que ese mismo ciudadano, ciertamente sobreseído en otro proceso, pero contra quien posteriormente recaen graves sospechas ya no sólo de la adulteración de microfilmes sino de documentos públicos como una resolución de la mesa directiva de la Cámara de Representantes de la cual fue su presidente, goce del respaldo político y personal de los más altos mandos de Gobierno y sea uno de los dirigentes máximos del partido de gobierno, si eso es oposición, somos un diario de posición…
Si es oposición exponer nuestros criterios y reservas por la Reforma a la Justicia que bajo la inspiración del ministro de Justicia, Hugo Escobar Sierra, en entredicho ante la opinión pública por preguzgador o por imprudente o por irresponsable, ya se aprobó en una primera vuelta sin discusión plena, a base de acuerdos en circuitos cerrados de políticos, muchos de ellos también de talante bien conocido de los colombianos, si eso es oposición, somos un diario de oposición…
Si es oposición haber dicho y haber opinado sobre la inmoralidad creciente y sobre otros tantos aspectos discutibles de una administración que va a cumplir un año, infortunadamente para ella y para Colombia, con un balance ciertamente desalentador, si eso es oposición, somos un diario de oposición…
Si eso es gobiernismo…
Pero, por otra parte, no ha faltado en nuestras páginas ni información ni comentario para exaltar y elogiar lo bueno que ha hecho este Gobierno. Si eso es gobiernismo, pues somos un diario gobiernista…
Obviamente al ministro de Justicia y obviamente a todos los demás miembros del Gobierno desde su presidente, pasando por el más alto general de la República, hasta el más bajo burócrata reclutado a recepciones en El Dorado, lo que cuenta es lo de la oposición y no lo del gobiernismo. Lo que tampoco nos importa.
Porque en los tiempos que vivimos, los periódicos son cada vez más independientes de los gobiernos, más dedicados por completo a informar y orientar según su honesto saber y entender. Sólo en algunas cada vez también más restringidas zonas del mundo, los dueños del poder o de los partidos se sienten en el derecho de separar entre buenos y malos a los medios de comunicación, según el termómetro de la adulación o la crítica.
Entre otras cosas, porque ya nadie cree a los medios de comunicación por la medida de su oposición o de su gobiernismo. Estamos terminando el siglo XX en medio de deslumbrantes avances técnicos y de transformaciones mentales, en donde a los periódicos ya no se los puede encasillar -ni deberían dejarse encasillar ni por prebendas ni por amenazas-, entre el gobiernismo y la oposición…
La prensa unanimista, única, uniformada, oficial, es para las dictaduras y no para las democracias… y creemos que Colombia todavía es una democracia.