Amira Hass Foto: Cccb.org
Amira Hass Foto: Cccb.org
Amira Hass es una hija de la guerra, en este caso del holocausto nazi. Nacida en Jerusalén en 1956, en el seno de una familia sobreviviente de los campos de concentración de Bergen-Belsen, al noroeste de Alemania, la periodista creció bajo la influencia de la guerra y la historia de la barbarie; por eso decidió estudiar historia del nazismo y de la izquierda europea tanto en su ciudad natal como en Tel Aviv.
Después de ejercer la docencia durante varios años, y de viajar por su país conociendo la historia de los pueblos y de la gente, Hass ingresó al mundo del periodismo en 1989 como redactora del diario israelí Ha’aretz. Consciente de la labor del periodista -ella misma afirma que éste debe ser un fiscal del poder y un transmisor de la historia de la gente y de la dura realidad del conflicto- decidió desde 1991 tomar el riesgo de escribir sólo de temas relacionados con Palestina, enemigo íntimo del gobierno que por ese entonces comandaba Jaim “Vivian” Herzog.
Fascinada por el tema y abrumada por las versiones oficiales de la prensa de su país, Amira Hass decidió mudarse a la Franja de Gaza en 1993. Desde allí comenzó a relatar, paraHa’aretz, la vida cotidiana de esta población palestina, sus costumbres, sus rituales y la convivencia diaria de la gente con el conflicto, con las fuerzas militares y con la muerte.
Desde entonces, Hass fue la mira de críticas tanto del gobierno israelí como de las autoridades palestinas. Su desconfianza y casi aversión a las versiones oficiales y al periodismo integrado al poder han causado escozor en la política de ambos países que han tratado de presionarla constantemente para que desista de la idea de informar al mundo la realidad de la Franja de Gaza y las arbitrariedades que cometen unos y otros con tal de vencer.
En 1997, la periodista se mudó a Ramala, en la ribera occidental del rio Jordán, aún en Palestina. Desde allí siguió incomodando a los gobiernos de ambos países con artículos llenos de sensibilidad humana y crítica independiente frente al abuso de poder. En 2001, tras varios años al lado de la comunidad palestina, recibió una demanda por parte de la comunidad de colonos judíos de la población palestina de Beit Hadassah, lo que puso en peligro su permanencia en este país y conllevó más presiones del gobierno israelí.
A pesar de todos los obstáculos que debió sortear, y por su afán de buscar a toda costa la verdad, Amira Hass recibió el Premio Mundial de Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano, el 3 de mayo de 2003. Según el jurado, “en estos diez últimos años, Amira Hass ha dado prueba de dotes excepcionales, de entrega e independencia en el plano profesional. Si se llega a establecer la paz entre israelíes y palestinos, será gracias a personas que, como la señora Hass, son capaces de observar la realidad y comprenderla sin prejuicios”.
Desde entonces su trabajo fue aún más valorado en Ha’aretz. A la constancia y credibilidad que había logrado sostener para sus lectores en cada historia, cada párrafo y cada mensaje, se sumó la publicación de su libro Crónicas de Ramala, que incluye crónicas de la capital de Cisjordania sobre la expansión de los asentamientos judíos, la demolición de casas palestinas, de la confiscación de terrenos e incluso del fuego abierto contra niños, en una escalofriante entrevista realizada a un soldado israelí.
El primero de diciembre de 2008, Amira Hass fue arrestada por el ejército israelí cuando regresaba después de tres semanas en Cisjordania. Ella, así como muchos periodistas tanto locales como extranjeros, son víctimas de la censura y no pueden ingresar a la Franja de Gaza por órdenes de Israel.